Akelón, el planeta de los anillos de fuego púrpura a 2,5 millones de años luz de la tierra en la Galaxia de Andromeda XXIII, agonizaba bajo la sombra de Las Naves Raptzurynas. El sabio Ognin Xylan Epertón, leal hasta la médula, activó el plan de escape. Con voz firme, ordenó preparar las cápsulas mientras el dispositivo (Brújula Onixious) trazaba la ruta hacia la Galaxia refugio.
El Corazón de Askelón, fragmento de los míticos cristales Monclús, era su carga más preciada. Su poder descomunal atraía a los invasores, hambrientos de control. Fue dividido en tres, un escudo contra su codicia.
Las cápsulas se lanzaron al vacío, dejando atrás un Askelón desgarrado. Xan Epertón, apenas un niño, observaba desde la ventana. La incomprensión daba paso al pánico, un nudo apretado en su garganta.
Mientras tanto en la Tierra un pequeño Teo despedia a sus padres que emprendian un viaje del cuál no volverían.
En el otro lado del universo Akelón ardía bajo el ataque Raptzury, un holocausto que expulsaba a sus hijos. Una noche de desolación. Pero también de resiliencia.
El Corazón palpitaba en las cápsulas, un latido de esperanza. Los portadores seguían vivos, una semilla para un futuro incierto.
Akelón era un recuerdo brumoso. Xan Epertón, sin embargo, miraba hacia adelante. El legado de su mundo ardía en sus ojos, un fuego listo para avivarse, mientras que una nave imperial akeliana el guardia real Kadmon Sirus Akirut el más valiente ve como sus seres queridos mueren por el asedio de Koga Vylkarth el almirante Reptiliano Raptzury del Emperador Asarelut Scythaar Saurus, este valiente lleva consigo el corazón de Askelón asi como el libro de “Asha’ lan “donde se habla del elegido que esta en una galaxia cercana a los que los Raptzurys llaman el “ X’Yan” la mayor amenaza .
Herido por la batalla mientras que los cañones de plasma impactan rompiendo el escudo de la nave y dañando gravemente el sistema de navegación en ese momento Kadmon utiliza un dispositivo llamado (El Arcano Viajero Estelar) a una Hipervelocidad 28 veces más rapida que la velocidad de la luz viaja por un aujero de gusano por el espacio tiempo y logra huir.