Eluney y Miguél estabán cerca del mediodía completamente solos fuera de la humilde vivienda de Quimey y Teo en Quilmes, los mismos fueron a pasear al centro con Chiwchi aprovechando para comprar la comida del almuerzo de ese día. El anciano fumaba su kitra, un tabaco llamado la hierba del diablo que usaba para meditar.
Miguel estaba sentado, preocupado por tener sueños recurrentes que tal vez le ayudaran a saber quién es y de donde viene.
Eluney — Hombre, “guerrero de ojos de fuego” ten paciencia. Se cuál es tú angustia lo que debas saber de tú pasado a su tiempo sera revelado por el poderoso espíritu y creador de la vida Ngenechén, él te manifestará cuál es tú propósito real.
Miguel— No sé cómo puede decir eso con tranquilidad, Eluney. Soy un hombre sin pasado ni familia. Ni siquiera sé si es mi culpa, que un meteorito o ovni que algunos testigos afirman fue el responsable de aquella tragedia donde murió su primogénito Tahiel y su nuera Millaray. ¿Yo estaba piloteando de ese objeto púrpura? — le replica Miguél
— Eluney ¿Te acuerdas amigo mío ¿Cómo llegaste a nuestras vidas a través de mi gran hijo de la vida y ahijado Chiwchi? Te encontró con un brazalete de un metal extraño con una inscripción de una lengua no hablada por los hombres sino por los dioses y un libro al te que aferrabas celosamente ,que yo guardo en un lugar secreto — le dice Eluney con tristeza por él que no recuerda.
Miguel—¡Dígame quien soy si pudo leer o interpretar lo que dice el libro! — le pide Miguel al anciano entre llantos. Eluney—Hay una manera pero es muy arriesgada, le menciona al hombre perturbado por no recodar Eluney. Miguel —¿Cuál es esa forma dígame Eluney ? pide con suplicas . Eluney— De acuerdo te lo dire, debes tomar una poción secreta que yo como Machi se preparar para casos como él tuyo pero si recuerdas cosas perturbadoras tú mente puede quedar atrapada en un limbo mientras tu cuerpo estará inmóvil hasta que mueras — advierte Eluney a Miguel.
Miguel — ¡Hagamoslo por favor!, el precio a pagar no es nada que el tormento de no recordar y no se detenga en el ritual. Debo recordarlo todo — dice Miguél dispuesto a todo para recuperar su memoria.