Ilusión Caótica —Tercera Parte

Era una mañana nublada en la ciudad de Rauch, y Lucas Tomás Harrison, psicólogo y psiquiatra de 34 años, disfrutaba de su café descafeinado en Café Rauch, un lugar local famoso por su sabor robusto y calidad.Lucas era conocido por su meticulosidad, y su café descafeinado, preparado con precisión y con apenas tres gotas de edulcorante, reflejaba su obsesión por el detalle.

Mientras revisaba sus mensajes en el teléfono, recibió un Whats’App urgente del director del hospital y de un colega de salud mental. El mensaje decía: “Lucas, por favor, dirígete a la sala de salud mental de inmediato. Tenemos una paciente, Angélica Emma Sayen, que afirma ser Astrid Freyja Stormrider, (La Volva Blanca). Su caso es extremadamente inusual y parece estar generando una energía inexplicable.”

El café se le cayó de las manos al leer el mensaje, derramándose en el suelo del café mientras su mente corría a mil por hora. Con una mezcla de preocupación y adrenalina, Lucas se dirigió rápidamente al Hospital Municipal de Rauch al ala de psiquiatría.

Cuando él llego a la sala de salud mental, Lucas encontró una atmósfera tensa.

Las enfermeras y el personal murmuraban sobre la paciente, Angélica Emma Sayen, que estaba en una habitación aislada con una extraña aura púrpura a su alrededor.Al entrar en la habitación, Lucas se encontró con Angélica Emma Sayen.

La joven, de catorce años, estaba rodeada por un halo que parecía desafiar las leyes de la física.Con una presencia inquietante, la joven lo miró con ojos que parecían saber más de lo que cualquier ser humano debería.

Soy Astrid Freyja Stormrider, la Volva Blanca —dijo ella con una voz profunda y resonante.

—. Lucas, con su enfoque meticuloso y su conocimiento profundo en psicología y teorías modernas, se preparó para una evaluación exhaustiva.

Sin embargo, no podía negar la sensación de que había algo más allá de la comprensión científica en juego.

Esa noche, al revisar la grabación de la entrevista en su casa, Lucas sintió una mezcla de fascinación y terror. La voz de Astrid Freyja Stormrider resonaba en la grabación con una claridad perturbadora.

Mientras escuchaba una y otra vez, una sombra oscura parecía moverse en el fondo de la grabación, proyectando una sensación de misterio y peligro que no podía ignorar.

La realidad, para Lucas, se estaba volviendo cada vez más inquietante. La presencia de Astrid Freyja Stormrider y la energía que emanaba de ella no eran solo el principio de algo mucho más oscuro y complejo.

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