—Día 1. Mi crónica testimonial:
Cayendo entre sombras, atravesé la penumbra de una tierra desconocida, apenas consciente de mis heridas y del eco de mi fracaso.
Huía de los Vulpox, de los guerreros Yokai Tenku Dark Shadows, mientras la imagen de mi sensei, Kurotsuki Tetsuya Fujimura, me perseguía.
Lo vi caer bajo el filo de Yukaze Kōji Midori.
Y ahora, con la “Daga Indómita Para lux” rota entre mis manos, aterrizaba en un lugar extraño, un páramo oscuro al que llaman Nova Gaia en un mundo desgarrado por un mal ancestral aún latente.
El hechizo me había fallado, arrojando mi alma a un palacio sombrío, Mega Tenebris, donde alguna vez fue la agencia espacial Frontier.
La penumbra era profunda y asfixiante.
Una voz espectral se materializó frente a mí, un espectro de ojos candentes que emanaba maldad, conocido como Luminus Deciver, o Hades el dios de la Muerte.
—¿ Y quién demonios eres tú, que caes desde los cielos en mis dominios? —preguntó, su voz deslizándose como veneno.
Tragué saliva, sintiéndome pequeño, pero respondí con cautela.
—Soy Bao Xu Jung… mi misión era encontrar a los Praxidians, y pedir su ayuda en mi lucha contra los Yokai Tenku Dark Shadows.
Hades rió suavemente, un sonido amargo y retorcido.
— ¿Los Praxidians, dices?, ellos son un mito extraño fenómeno parlante —susurró con una mezcla de desprecio y diversión—. ¿Y qué piensas encontrar aquí, en este mundo quebrado? Aquí solo existe el poder de la muerte… y el fin de los sueños.
La daga rota en mis manos era un recordatorio de mi error, de mi destino incierto.
Ante sus palabras, una helada incertidumbre se apoderó de mí.
Sin aliados, en un universo hostil, solo me quedaba esperar…