El cometa Vórpalis cruzaba el cielo como un mal augurio, iluminando las ruinas de N’ Cypher con su resplandor infernal.
La Tierra, un fragmento de lo que fue tras el desequilibrio de las fuerzas naturales y la Segunda Glaciación, se mantenía en pie a duras penas.
En este Cristal Verso, La Vanguardia Cósmica (VC) / Cosmic Vanguard (CV) era el último muro entre la civilización y la aniquilación.
—¡No dejen que crucen la línea! ¡Si caemos aquí, todo se va al carajo!— gritó el Capitán Nathaniel James Mendoza mientras su rifle de pulso escupía energía incandescente. (Sus mandíbulas apretadas reflejaban su determinación desesperada.)
—¡Nos están arrinconando, carajo! ¡Regrúpense y disparen como si sus vidas dependieran de ello, porque así es! — rugió el Teniente Lucas Daniel Castillo, derribando a una abominación de estas criaturas simbiotes , con un tiro certero al cráneo. (El sudor resbalaba por su frente, pero su pulso seguía firme.)
—¡Por N’ Cypher! ¡No retrocedan, maldita sea! ¡Cada segundo que aguantemos es una victoria!— vociferó la Teniente Isabella Marie Fernández, cortando a una criatura con su cuchilla de energía antes de darle un disparo final en la cara.(Su mirada ardía con un fuego indomable.)
—¡Denles con todo! ¡Vamos a hacer que estos bastardos se caguen de miedo!— gruñó la Sargento Valeria Sofía Ramírez, disparando sin tregua mientras cubría a su escuadrón. (Su corazón latía con furia contenida.)
El combate era un infierno de explosiones, sangre y metal retorcido.Entonces, los refuerzos aparecieron desde el barrio de Órbita Null.
A través de la metralla y el caos, emergió Grolyx Dakki Miyamori, su andar era el de una sombra legendaria que había cruzado universos.(Sus ojos reflejaban una sabiduría antigua, su aura imponía respeto.)
A su lado, Trevor Zion Blackwood, alias Exe-Phantom, avanzaba con la confianza de alguien que siempre tenía un as bajo la manga. (Su sonrisa torcida ocultaba su tensión.)
De pronto, una figura desconocida irrumpió en el campo de batalla. Sus movimientos eran calculados, letales, casi sobrenaturales.
Su silueta, apenas distinguible en la penumbra, proyectaba una presencia inquietante.
Grolyx Dakki Miyamori, con la solemnidad de un guerrero de otra era, murmuró: —Mirad, joven Trevor, ahí está vuestra salvación. (Su voz era grave, cargada de presagio.)
Trevor chasqueó la lengua, ladeando la cabeza con una ceja levantada, y escupió al suelo antes de soltar : — ¡Coño! ¡¿Qué es esta vaina?! ¡¿Qué sucede con este ser blanco con esa daga mágica, mi pana?! ¡Ahora viene otro cabrón a jodernos!, ¿Lo conoces Grolyx?.
El sonido de la guerra se amortiguó por un segundo.
En los ojos de la Vanguardia Cósmica bajo el control del Syntovirato, brilló una mezcla de confusión y recelo.— ¿Y ahora qué demonios es eso? — soltó un soldado con la respiración entrecortada. (Su voz temblaba de puro desconcierto.)
El aire se volvió pesado. El enemigo no solo era fuerte… también jugaba con lo desconocido.