Día 1. Después de mi llegada a este lugar sumamente aterrador, Nova Buenos Aires, Hades habló, su voz como un eco venenoso en la penumbra.
—El caos que viste allá afuera, las criaturas que se arrastran entre las sombras, todo ese horror… es obra de un hechicero malvado: Tempestad Oscura.
Ese bastardo me arrebató el 90% de mi poder.Desde entonces, este mundo se ha deformado bajo su retorcida voluntad.
—Me observó, su mirada ardiente perforando mi duda.Titubeé, sintiendo un nudo formarse en mi pecho. —¿Dices que todo esto… toda esta pesadilla… es su creación?—Exactamente.
—La voz de Hades se oscureció aún más, casi un susurro venenoso—. Tempestad Oscura domina a los Chicos del Abismo Sangriento, un grupo de monstruos insaciables. Sin mis poderes, no puedo oponerme a su maldad.
Tragué saliva, incómodo bajo su mirada inquisidora.
—¿Y qué esperas de mí? ¿Qué puedo hacer yo contra alguien así? Hades señaló la daga rota que sostenía.
—Esa daga, la “Indómita Para Lux”, es la única arma capaz de destruirlo. Si logras reparar su poder, juntos podremos acabar con él.