Eran cerca de las cinco de la mañana en Órbita Null, el barrio más peligroso de ex N’ Cypher. Afuera, el caos seguía desatado, y las criaturas biotecnológicas avanzaban por las calles como si el propio infierno se hubiera liberado.Dentro del bar The Solar Rift un grupo de sobrevivientes se refugiaba, con las ventanas tapadas y el miedo impregnando el aire.
Trevor Zion Blackwood estaba sentado cerca de la ventana, la luz tenue de su dispositivo reflejándose en su rostro mientras observaba los patrones y movimientos de las criaturas en el exterior.
A su lado, Ahmed Khalid Zahawid, el líder del Culto del Eón Solar, lo observaba con reverencia. Para el líder egipcio, Trevor no era solo un adolescente talentoso; lo veía como una manifestación de la divinidad, alguien que conectaba de alguna forma con los poderes ancestrales que su culto veneraba.
—¿Qué son esas criaturas, dios poderoso del sol? —preguntó Ahmed, su tono lleno de respeto —. ¿El Regente Índigo creador de toda vida , te ha revelado este enemigo? ¿Son pruebas enviadas por los dioses?Trevor no levantó la vista de su pantalla, analizando con rapidez.
—Las vi antes de que todo esto empezara cuando escapamos con mamá Zuri de ellas y todo se fuera al carajo @#$&. Hackear algunas señales cuando todo se descontroló. Estas cosas… no son solo monstruos. Son más que eso. Son como serpientes, pero están hechas de tecnología. Se mueven como si fueran parte de un sistema mayor, actúan con una mente colmena.
Zuri Nova Steele, la madre adoptiva de Trevor, se encontraba detrás de la barra junto a Clara Emily Watson y su esposo el cantinero Bernabé Mateo Salazar, los dueños del bar. Zuri lo miraba con una mezcla de preocupación y asombro.
—¿De qué estás hablando, Trev? ¿Cómo sabes tanto?Trevor se encogió de hombros, sin despegar la vista del dispositivo.
—Porque soy un geek hacker mom es mi naturaleza ser un sabelotodo, aunque en centro de estudios todos teológicos de los Menús todos se burlan de mi. Ya les di un nombre por su comportamiento como criaturas predadoras las he llamado Víper -Tech. Son simbiontes, pero biotecnológicos.
— Y esas m….comportan como malditas serpientes que están devorando todo a su paso — dice Trevor irritado pero con miedo por lo que observo desde la ventana del bar.
Clara y Bernabé intercambiaron una mirada de preocupación, antes de que Bernabé preguntara con voz grave: —¿Estás diciendo que esas cosas… están siendo controladas, muchachito? Trevor asintió, girándose hacia el grupo en el pequeño sótano donde se refugiaban.
—Exactamente — dice Trevor sin titubear. — No son solo criaturas salvajes. Están conectadas a algo o a alguien. Si logramos descifrar cómo funcionan, podríamos tener una oportunidad para detenerlas.
Ahmed Khalid Zahawid lo miraba fascinado, como si estuviera ante un ser superior.
Murmuró en voz baja, como en oración: —Sun Ray… Pharón Ra…creo en ti, dios del sol. Tú nos guías en esta oscuridad.Trevor sintió el peso de aquellas palabras, pero no comentó nada.
Sabía que Ahmed Khalid lo veía como una figura divina, y aunque no comprendía del todo las creencias del culto, sabía que debía mantenerse centrado en encontrar una solución. Zuri miró a Trevor con orgullo, aunque el temor no la abandonaba del todo.
—Trev, ¿cómo piensas hacer todo eso?Trevor se encogió de hombros, confiado pero no arrogante.
—Primero, sobrevivimos.Luego, ya sabes cómo me las arreglo. Si estas cosas tienen algo que pueda hackear, lo voy a hacer en primer lugar buscar un bug o error en su estructura si es que la tienen, voy a escanear con mi dispositivo dron Beetle KR nex 6, mientras tratemos de sobrevivir hasta hallar como salir de aquí antes que nos encuentren.
Afuera mientras tanto ese preciso instante, un estruendo retumbó afuera, seguido por un destello cegador.
Todos se apresuraron a mirar por la ventana. Lo que vieron los dejó sin aliento, una figura imponente era un oso pardo gigantesco, cubierto por una armadura antigua y resplandeciente, había aparecido en medio de las calles caóticas.
Estaba luchando contra las criaturas Víper – Tech con una destreza asombrosa.Zuri, con los ojos muy abiertos, se aferró al brazo de Trevor.—Mira, Trevor… ¿Quién es ese?.El joven hacker observaba, fascinado por la escena, sin poder apartar la vista.
—No lo sé… pero parece que está de nuestro lado. Ahmed Khalid Zahawid dio un paso adelante, su rostro lleno de asombro y devoción. —Tu padre, el Gran Regente Índigo, ha enviado a su campeón : “La Garra de Antharian… ha llegado”.
La figura del oso seguía luchando, derribando una tras otra a las criaturas con una fiereza y precisión sobrenaturales.
El brillo de su armadura destacaba contra la oscuridad, y cada golpe que daba parecía resonar por toda la ciudad.
Trevor, sin apartar la vista de la escena, sintió algo diferente en el aire, como si las piezas de un enorme rompecabezas comenzaran a encajar.
—Sea quien sea… nos está dando tiempo. Tiempo para encontrar una solución.
Mientras el sol comenzaba a asomarse por el horizonte, iluminando las ruinas de ex N’ Cypher, los refugiados en el bar The Solar Rift sabían que aquel día solo había sido el comienzo.
Las criaturas Víper – Tech seguían afuera, pero ahora tenían una esperanza. Y, por primera vez, Trevor sentía que todo tenía un propósito mayor.