Episodio1: El presagio — Parte 4

Mientras Tahiel se sube a su camioneta 4×4 AMAROK “azul francia” partiendo hacia su destino mientras saluda a Juan y a la peonada. Millaray se dirige a su suegro:Cuide a su Kuku mi querido Yal élTeito, mi pichu tiuque especial la luz de mis ojos.

Ya tienen mi bendición, pueden ir en paz, dice en un tono más calmado Eluney.

El hermano menor de Tahiel, Quimey Malle (Tío paterno ) de Teodoro era un hombre de caracter debíl, un mapuche que no prestaba atención a su cultura ni sus raíces aborigenes y escuchaba los consejos de su padre, siempre quiso ser un criollo y le aburria la vida mónotona campestre de Añelo y partio al cumplir la mayoria de edad hacia la gran ciudad, Buenos Aires, para trabajar en un restaurant de la zona del Barrio Puerto Madero para ser ayudante de cocina mientras estudia con ahínco para ser Cheff a diferencia de su hermano mayor Quimey era retraido pero de buén corazón.

El que él no estuviera alli esa mañana como cuando eran niños corriendo por las rucas antes de llegar a la Argentina desde el otro lado de la cordillera ponia triste a Tahiel como a Millaray.

Desde adolescente Quimey estuvo enamorado de Isabella la nieta del Patrón, quien es un poderoso hacendado de la región dueño de las plantaciones de manzanas y la explotación ganadera donde la familia de su padre Eluney trabajo por décadas y ahora lo hacia Tahiel su hermano junto a su familia.

Quimey nunca perdonó a su padre por separarlo de su primer amor adolescente, pero el tiempo sana las cosas y hoy ese dolor quedo en el pasado.

Quimey no lo sabia, nadie esperaba lo que iba a traer esa mañana de densa niebla y llovizna pues para su padre el Gran Toki su hermano Tahiel jamás regresaria de ese viaje con su esposa ese dia seria última vez que veria con vida Tahiel junto con su esposa.

Para Eluney seria el último momento que abrazaría a su hijo primogenito y a su nuera. También el pequeño Teo tendría el último beso de su madre Millaray una poderosa Machi (Curandera) sobre su mejilla rojiza.

Tahiel y su esposa emprenden el largo viaje.

A mitad del viaje por la carretera dentro un denso manto de niebla una luz de color escarlata enceguecedora anula la visión de Tahiel y tambien de Millaray la joven mujer. ¡Tahiel! ¿Qué es eso?, exclama Millaray.

Tahiel al no ver nada , por lo que en el afán de intentar esquivar lo que parece un halo en forma de rayo de color púrpura en llamas encima de ellos y luego frente al parabrisas en ese instante el joven hombre mapuche decide maniobrar, el volante de la camioneta tratando de evadir esa luz sin percatarse de que al hacer eso colisionaria de forma frontal contra un micro de larga distancia que circulaba en sentido contrario.

En menos de un segundo solo se escuchó una gran estampida seguida del estallido de los cristales de ambos vehículos, el ruido del metal retorciéndose, y luego una pausa larga de silencio.

Segundos después, el silencio fue interrumpido por los lamentos de los sobrevivientes que recién caían en cuenta de lo sucedido.

Millaray quedó atrapada entre los restos de ambos vehículos y Tahiel desaparecio del accidente sin dejar rastros.

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