Episodio 4: La Búsqueda — Parte 2

Pasan cinco minutos y Quimey vuelve a intentar comunicarse con ese número desconocido. Diez minutos después lo vuelve a intentar y como no se quiere dar por vencido llama de nuevo a la media hora, aún así sigue sin recibir respuesta.

Quimey dice entre enojo y preocupación: – “¡Mira este Weñi! ¡Que todavía no aparece! ¡Mirá la hora que es! me tiene con el corazón en la boca, ¿Le habrá pasado algo?. Ojalá que Ngünechen lo esté protegiendo, mañana voy a ir al Colegio y de ahí a la comisaría a radicar la denuncia formalmente ya que hace ya un rato reporte a la policia su desaparición”, pensó Quimey mientras fumaba con mucha ansiedad, ya lleva tres paquete de atado de veinte cigarrillos de la marca Malboró.


Ya son las 3:00 am. y Quimey se va a dormir, tarea infructuosa, por que cuando estaba apunto de dormirse escucha un sonido que parece venir desde la puerta de entrada de su casa. Sobresaltado y con una mezcla de alegría y reproche grita: “¡Che weñi! ¿Qué, te pasó? ¿Por qué venís a esta hora?”. El esperaba una respuesta pero el silencio fue lo único que consiguió.


“¡Teo! ¡Teodoro Aukan N’ Guillán! ¿Estás ahí? ¡Responde a tú malle y no seas mal educado!”, gritó nuevamente Quimey y la única respuesta que le llegó fue el ruido de una motocicleta que en ese momento cruzó frente a su vivienda. Extrañado se levantó de su cama y fue al comedor a ver que pasaba, al llegar vió que la luz estaba apagada, miró el llavero de la pared y solo estaban sus llaves. Teo no llegó a su casa.


Quimey fue a la habitación de Teo y vió que la cama estaba vacía y tal cual como él la había dejado al irse. Entonces se convenció de que realmente no llegó, que puede que haya sido un juego de su mente producto de la preocupación y el ensueño del momento.

“Bueno voy a tratar de dormir algo, necesito descansar para tener la mente despejada y comenzar busquedad del Calfu a primera hora”, se dijo así mismo Quimey y se fue a dormir.

Cosa que no duraba mucho ya que continuamente se despertaba ante el menor sonido, y se acomodaba en la cama de un lado a otro. Sin mirar el reloj ya que si lo hacía seguramente, dormir sería una tarea imposible se lo pasaria en vilo por su “pichi tiuque” a quién su Chaw osea su padre Eluney ” El Gran Toki “algo enfermo le concedio su tútela y cuidado.

Por otro lado Quimey veia en Teo un reflejo casí exacto de su fallecido hermano Tahiel y un portal hacia el pasado cuando era niños corriendo por la Finca de Don Alvaró antes del que el dejara Añelo para venir a estudiar Chef a Buenos Aires y del trágico accidente donde “supuestamente” mueré Tahiel cuando todo cambio por lo que amaba a Teo era ver en él a su querido “Peñi “(Hermano en el lenguaje Mapudungun) en Teódoro vivo aún.

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