Episodio 4: La Búsqueda — Parte 8

Ah, me imagino, ¡La Banda del Rino Oski! Ellos son las superestrellas de nuestro equipo de rugby, “Los Leones Salvajes de Zona Norte”. Esos chabones son abusones y creídos; es común que nos estén molestando por ser geeks o nerds.

Pero no se preocupe, Señor Quimey, nunca les damos cabida a esos estúpidos, los re-ignoramos, ¿entiende? Además, vio que Teo es colgado y capaz que se quedó haciendo tiempo en algún lugar antes de tomar el tren o el subte combinando la línea H con la C.

Reconozco que mi weñi es un poco distraído, como dicen ustedes, colgado, pero ya pasaron más de 24 horas y aún no aparece —dijo Quimey preocupado.—¡Uy! ¡No puede ser! Ojalá que no le haya pasado nada. ¡Eso espero! —le dice Quimey agitado por la angustia—.

¡Con lo peligroso que es andar errante por ahí, Señor Quimey! —añade Estefanía.— ¿Tenés idea si se quedó a dormir en lo de Miqueas y no me avisó para que no me enoje? —pregunta Quimey a Estefanía.—No, ya le dije.

Estuvimos hablando y Teo no está siquiera conectado a la netbook que tiene del Estado para jugar en línea al Grépolis o al L.O.L (League of Legends) —dice Estefanía, reafirmando que Teo no se ha comunicado con ellos desde que salió del colegio.

OK, Estefanía, ¡gracias!De nada, Señor Quimey. Voy a seguir cursando, ya entra el otro profesor. Cualquier novedad, manteneme al tanto.OK, así haré. Voy a llamar a Miqueas para ver si sabe algo —finaliza Quimey la comunicación con Estefanía.

Quimey intenta comunicarse con Miqueas mientras está por tomar el subte línea H para volver a la seccional de la Policía Metropolitana de la Comisaría Vecinal número 10 de la ciudad. Lo llama y le dice:—Hola, ¿hablo con Miqueas Ohayon?Sí, ¿quién habla?Soy Quimey, el tío de Teo.

¡Señor Quimey! ¿Diga, pasó algo con Teo?—Sí, Miqueas, te cuento. Hablé con Estefanía y le mencioné que Teo no ha llegado aún a casa y ya pasó más de un día.

¡Estoy muy preocupado! —dice con la voz quebrada Quimey.—¿Ya hizo la denuncia, Señor Quimey? —le pregunta Miqueas con pesar por lo extraño de la situación.

¡Sí! Ya lo hice. Tengo que ir a la seccional de nuevo. El oficial que me tomó la denuncia de la desaparición de mi pichu tiuque me dijo que tendría una entrevista con un tal Funes, un detective especializado en personas extraviadas o desaparecidas.

Bueno, cualquier cosa cuenta conmigo para lo que necesite usted. Si se llega a comunicar Teo, le aviso —responde con decisión Miqueas, queriendo ayudar.—Gracias, muchacho, por tu interés en tu amigo, mi weñi —dice Quimey, colgando la llamada.Quimey va a la comisaría para reunirse con el detective José Enrique Funes.

¡Buenas tardes, oficial!Buenas tardes, ¿qué se le ofrece?Deseo hablar con el detective José Enrique Funes, ¿se encuentra él?Sí, está. ¿De parte de quién?¡Funes! ¡Te buscan! —le dice su compañero al oficial.

¿Quién?No sé, un hombre morocho de unos 35 años que dice que tiene una reunión con vos, un tal Quimey N’ Guillan.Decile que pase nomás a mi despacho, lo estaba esperando.

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